QUE INDIGNACIÓN

Por Ilberto Rodríguez Adames

 

Las horas corrían y nadie se apartaba del radio y el televisior. Es que los hechos que estaban sucediendo en Ecuador, me molestaron mucho, no solo a mí, a mi familia, mis vecinos y cuantos coterráneo de mi natal Baracoa.

No era de extrañar la conducta de los que seguimos cada minuto lo que acaecía en el hermano país. Su pueblo lo acompañó en todo momento. Que valentía la de Correa cuando irritado declaraba: "No daremos ni un paso atrás, conocíamos los riesgos cuando dijimos ‘vamos a cambiar la Patria’, y si ese riesgo es el de morir, lo asumiremos" 

Tarde en la noche, que alegría sentimos, al verlo llegar al Palacio de Carondelet (sede de Gobierno), donde fue recibido en medio de vítores y aplausos por un mar de pueblo, luego de ser rescatado por un operativo del Ejército de un secuestro de más de 12 horas en el hospital Metropolitano, como parte de un intento de golpe de Estado protagonizado por elementos sublevados de la policía.

 

Allí, calificó este jueves como "un día de profunda tristeza", y admitió que nunca pensó que fuera a vivir una situación similar después de todo lo que el Gobierno de la Revolución Ciudadana había hecho por los más pobres y por la Policía.

 

En un acto de inmensa dignidad, el mandatario pidió un minuto de silencio para las víctimas de la confusión desatada por elementos opositores, entre cuyos cabecillas mencionó al ex mandatario Lucio Gutiérrez. 

La multitud enardecida coreó "Lucio asesino", en referencia al ex presidente Gutiérrez, líder del derechista opositor Partido Sociedad Patriótica, quien se estima es la fuerza política detrás de la conspiración y el intento de Golpe de Estado.

Con un "hasta la victoria siempre" culminó el presidente de Ecuador, Rafael Correa, su encendido discurso. Claro que te seguimos hermano, no solo en Cuba, en toda Latinoamérica y todo el mundo.