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Mi voto, Por la Patria

Mi voto, Por la Patria

 

Por Ilberto Rodríguez Adames

 

Ser testigo de este momento histórico, donde por muy apartado que sea el rincón, se siente ese calor, que envuelve a cada hijo de esta tierra, con derecho a ejercer el sufragio, a sentirse más cubano. 

Se trata del privilegiado momento que tenemos de poder elegir a quien queremos nos represente en la Asamblea Municipal del Poder Popular. 

Por eso, desde hace varios días contamos con los datos necesarios en cada demarcación de gobierno de los candidatos, para tener la opción de elegir por el que sintamos nosotros sea el mejor, el más capaz de poder hablar por nuestros intereses en el órgano de gobierno. 

En qué parte del mundo se le da ese derecho a los ciudadanos, ese, que nos da este democrático proceso, donde a ese hombre o mujer que elijamos nosotros, podemos llegarles personalmente en sus despachos, en su casa, no en oficina, con el calor que lo cautiva en su humilde familia; o sencillamente, en las asambleas de rendición de cuenta, para contarles, narrarles y poner a su disposición nuestros problemas. 

Esa ocasión, es la que tenemos los baracoenses, desde el alto oriente cubano y no dejamos de vivirla con intensidad, para poder contar, que hoy votamos por voluntad propia, no porque me lo impongan, ni me negocien esa voluntad, sino por convicción, porque lo hago por este sistema que defiendo y defenderé, porque si hoy o mañana me preguntan, puedo gritar a viva voz, MI VOTO, es Por la Patria.

 

 

1 comentario

Odioaldictador -


Generación Y es un Blog inspirado en gente como yo, con nombres que comienzan o contienen una "i griega". Nacidos en la Cuba de los años 70s y los 80s, marcados por las escuelas al campo, los muñequitos rusos, las salidas ilegales y la frustración. Así que invito especialmente a Yanisleidi, Yoandri, Yusimí, Yuniesky y otros que arrastran sus "i griegas" a que me lean y me escriban.

Heraldos del fin


Salto de la cama, hay un altoparlante que brama allá afuera. No entiendo qué dice, pero me lavo la cara como si fuera la última vez. Tal vez sea el comienzo de la guerra que tanto han anunciado en los últimos días. Mi hijo duerme hasta tarde y tengo el deseo de despertarlo para advertirle, pero no comprendo las palabras lanzadas por esa camioneta que ya se aleja hacia la avenida.

¿Cuándo van rendir cuentas quienes nos atemorizan? Esos que se han pasado décadas sacudiendo frente a nuestros rostros el fantasma del cataclismo. Es muy cómodo pronosticar y clamar por la guerra cuando se tiene un búnker, soldados, un chaleco antibalas. A esos heraldos del fin les vendría bien estar aquí, entre el zumbido de la bocina y el hijo que abre los ojos y pregunta asustado “¿Mami, qué pasa que hay tanto ruido?”


Julio 20th, 2010